viernes, 28 de junio de 2013

MICRO RELATOS


Lo había dicho. Era tarde. Recordé aquel otoño, tus ojos... 
Y pensé que una hoja más se marchitaba.


Lo dije una vez más. Me miraste en silencio. 
Comprendí la verdad de ser necia, el dolor de perderte.



Un día comencé a reír. Y reí, reí… hasta que las lágrimas se fueron despavoridas y huyeron para siempre.


Cuando te vi creí que eras frágil como el cristal. 
El tiempo te volvió de roca. 
O yo era ciega.


Un niño pide pan. Sus manos tiemblan. 
Los poderosos tienen la llave, ellos el hambre. 
Yo la palabra.


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